Hace unos meses me enteré de que tres de cada diez jóvenes sufrían FOMO (Fear Of Missing Out, en español, miedo a perderse algo).
Las redes sociales son el motivo de esta sensación. Muchos creen que sus contactos de Facebook están disfrutando de la vida mientras ellos están sentados, viéndolo desde su salón. Creen que su tiempo se está pasando sin disfrutarlo tanto como los demás, pero: ¿Es esta la única fobia que despiertan las redes sociales?
El otro día, me di cuenta de que mi vida en Internet sufre un miedo continuo.
Miedo a que el pulgar me juegue una mala pasada deslizando la pantalla en Instagram, creyendo conveniente darle a 'me gusta', sin preguntar antes, a quien estaba "mirando por casualidad". ¿Qué hago? Dos 'padres nuestros' antes de apagar el móvil, imaginar que no tiene activadas las notificaciones y volver a encenderlo dos semanas más tarde.
Vivo con miedo a que Facebook comunique a mis amigos la música que verdaderamente escucho en Spotify. ¿Qué hacer cuando al entrar tienes diecisiete notificaciones de gente preguntándote por tu afición a David Civera? ¿o cuando te piden un disco de tu lista de reproducción 'Cancioncitas para días tristes'? Claramente, suicidarte, no hay más salidas.
Vivo con miedo a retwittear un fake de elmundotoday, con un comentario indignante al final y hashtags del nivel #vergüenzaabsoluta #parenelmundoquemebajo. Mis contactos se reirán de mí, y me imaginarán tiempo atrás, en un 28 de diciembre, aceptando coger un chicle mientras, al sacarlo del paquete, una pinza metálica aprieta mis dedos.
Vivo con miedo a dormirme en el coche. Lo que antes podía ser la gracia de un mes entre amigos, ahora puede ser el vídeo más visto en Youtube, con el ingenioso título: 'Abre la boca al dormir y consigue que le entre de todo menos sueño'.
Vivo también con miedo de mandar el pantallazo a la persona equivocada, no poder borrarlo y ver cómo el suelo va creando un agujero de grandes dimensiones para no salir de ahí en una temporada.
Vivo con miedo de encontrarme en Tinder con mi novio, a ver cómo le digo que no es lo que parece mientras le pido explicaciones, dignamente: "Vamos a ver, ¿me estás vacilando?"
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| Alba Rincón |
Vivo con miedo de que me hackeen el móvil y descubran que esa foto "improvisada" que mandé frente al espejo fue la ganadora frente a treinta competidoras más que lucharon por conseguir estar acompañadas de ese doble check.
Todo esto pasa desapercibido para tres de cada diez jóvenes que sufren sólo el miedo a 'perderse algo'... Pero, y lo mío, ¿qué?, ¡¿cómo se llama lo mío?!
